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                           SOBRE MUCHOS OTROS.   Siempre entraba en clase con prisas, venía acompañado de un suave olor a café y una conversación interesante con un colega. Nunca alzaba la voz, no le hacía falta, su tono se abría paso hasta dar con el silencio. El valor de aquel hombre excéntrico iba más allá de enseñar legua y literatura en un instituto de arte, que ya es decir. Su valor residía en tratar como adultos capaces de razonar y tener una opinión válida a chavales de dieciséis años a los que sus padres todavía les compraban la ropa. Su valor fue el de mirarnos y vernos, reconoceros y haceros reconocer que formábamos parte del mundo. Fue el primero que nos dijo que lo de ser niños se acababa, para lo bueno y para lo incómodo, que empezábamos a “ser”, no solo a estar y parecer. Recuerdo que sus lecturas obligadas poco tenían que ver con las de mis coetáneos de otros institutos. Nosotros leíamos “Nada”, a Pérez Galdós y a Emily Dickinson... Con el tiempo me he dado cu
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SER, ESTAR Y PARECER. Entró en el aula fría blandiendo un periódico cual espada: —“¿Quién ha leído los titulares de hoy? A esa nebulosa de luz halógena y sudor fresco de chavales de dieciséis años a la que impelía, la pregunta le pareció hasta ofensiva. —¿Nadie? —Sí... ¿lo de la Unión Europea, no?— un alumno informado, repetidor y reaccionario normalmente, en todos los cursos hay uno. —Lo de la Unión Europea... Madre mía... Sí, Penillo, lo de la Unión Europea, ¿qué os parece? Es curioso observar algo que ocurre por primera vez, llevábamos toda la vida quejándonos porque nadie nos preguntaba lo que pensábamos y ahora que nos preguntaban no sabíamos que decir. —A ver, algo habéis tenido que escuchar, en las noticias, la radio, en casa.. Ahí va otra cosa curiosa sobre la adolescencia, te crees un adulto, te sientes ofendidísimo porque te tratan como un niño, finges comportarte como un adulto en presencia de otros adultos... Y no tienes ni idea de lo que está pasando en el mundo adulto. —B

SI EL AMOR YA NO ES AMOR.

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    Si el amor ya no es amor, puede que la muerte tampoco sea muerte. Puede que al final nos quedemos aquí atrapados hasta que la Muerte misma muera.     Supongo que nos dará igual mientras que el "casi no ser" casi no duela, o duela menos que este "casi ser".

AN INDEPENDENT FILM

  Eran más de las dos de la madrugada, la televisión continuaba encendida y volvió a entrar en uno de esos trances en los que la ficción continuaba: los dos caminaban bajo la lluvia alejándose por una calle que reflejaba las hileras de edificios y las luces parpadeantes en un contrastado blanco y negro. Pero poco a poco la ensoñación se fue transformando, cada vez estaban mas cerca, como si alguien estuviese rebobinando cada paso dentro de su cabeza. Ahora podía ver su rostro. Ambos rebosaban euforia, de esa que solo se siente al hacer una estupidez que se lleva mucho tiempo queriendo hacer. Saltaban como niños sobre un gran charco lleno de puntos de luz que iban y venían convirtiéndose en gotas, a cámara lenta, a todo color.   Un fuerte cambio de luminosidad en la tele le hizo abrir los ojos de repente, pero Lucia ya sabía como acababa aquello, lo había visto antes, lo había sentido.

JUST LOST

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Hay algo tremendamente sintomático en el hecho de que decidamos bordear un charco al caminar, y no tiene nada que ver con no llevar el calzado adecuado. 1995, estamos dando un paseo por el camino empedrado del viejo y desaparercido cine Salamanca, alguna mirada esquiva y poca conversación. Ese traspiés para intentar llegar al otro lado del lago te segará la vida. Cuando caíste al suelo ya nadie pudo hacer nada, no hubo sangre pero dolió igual. 2009, por una cuesta empinada de una triste ciudad, si acaso los estads de ánimo son cntagiosos, el mismo error vuelve a cometerse. Mirando horrorizada, adertida ya no solo por la vida misma, sino por ti, te vi yacer mientras inclinaba la cabeza como otra espectadora más. Y sigo pulsando teclas, no como advertencia, sino para no olvidarme. Si es que sirve de algo.

LOS TACONES DE LA SEÑORITA BLAHNIK

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La Señorita Blahnik no se había movido de su lugar, su perfume, irreconocible por el paso del tiempo ha sido substituido por el pesado ambiente de las evocaciones, que seguían permitiendo reconocerla entre un millón. Como en un círculo vicioso se encuentra recordando que hubo tardes en los que los rizos aun caían por su espalda, en los que el sol solo era un astro sin temperatura, en los que el futuro era cambiar de posición bajo las sábanas... ahora se encuentra sobre unos tacones infinitos y cada vez que consigue mantener el equilibrio ve un paisaje sin fin. El resto de cosas se le escapan, cada vez que intenta agarrarse a algo se cae de bruces por no ser capaz de soltarlo a tiempo. El pasillo de su casa resvala y ya no sabe como llegar a la puerta. Podréis observarla allí sentada, sin poder descalzarse. Las manos entre las piernas y la mirada en el pomo sin saber hacia que lado ni cuando lo harán girar. Sola y sin recordar como se hablaba, aun así se siente observada, no por bella o

COMENTRIOS SOBRE EL CHAMPAGNE

Como os prometí aquí en el cuarto reservado a los amigos, a los que cuando acaban de leer esto llaman preocupados diciendo: tenemos que quedar para tomar un café y hablar! Aquí os ofrezco el guión del corto dentro de Coffee and Cigarettes: Champán. Una de las pocas alegrías de estas tediosas tardes de verano: CHAMPAGNE de Jim Jarmusch: -¿Estás bien, Taylor? -Pues no, la verdad. -¿Qué pasa? -No sé. Me siento divorciado del mundo. He perdido contacto. ¿Conoces esa canción de Mahler? ¿"He perdido la pista del mundo"? -No. -Es una de las canciones más bellas y más tristes que existen. Casi... casi la puedo oir ahora. ¿La oyes tú? (Suena la canción para ambos) -oh, se ha ido. Pero ¿la oíste? -Creo que sí. -Resonaba por todo el edificio. ¿Dónde estamos? -En la armería, Taylor. -"En la armería Taylor". Suena tan fuerte y potente. La armería. -Nikola Tesla veía la Tierra como un conductor de resonancia acústica. -No tengo ni idea de lo que hablas. ¿Me lo puedes explicar? -N